martes, 16 de marzo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
La neurona más coqueta le susurró a la neurona más inquieta el nacimiento de una historia. Todas las demás enlazaron sus ideas para contar con palabras lo que dibujaba el corazón del poeta que, cerrando sus ojos, nutrió su mente y, en un instante de inspiración, una nueva luz enlazó la telaraña de pensamientos escondidos que bordaron el papel con las rimas de su sed.
No hay comentarios:
Publicar un comentario